El siguiente
De Brianne Battye
La bestia no debería tener dos bocas, pero las tenía. Estaban repletas de afilados dientes y baba.
El guarda Lawrence sacó su espada. "Te sacaré de aquí".
La mujer enana asintió con la cabeza.
La bestia soltó un bramido disonante. Fuera lo que fuera, se había infectado hacía mucho.
Había sido un guarda gris. Llevaba veinte años luchando contra la infección. Pero él también llevaba ese veneno en su interior. Un día resonó en sus oídos y lo supo. Cuando llega el momento, vas bajo tierra a luchar contra necrófagos hasta que mueres. O te conviertes en uno. Le dolían las articulaciones al bajar. Pero ya no. Al respirar, había un repiqueteo necrófago. Así que eso era todo. El final.
Pero la había oído gritar. La encontró en el lado equivocado de un derrumbe, igual de valiente, aferrándose a un viejo martillo de herrero.
La bestia se lanzó con rapidez como un cangrejo. Lawrence se volvió, golpeó el escudo contra su pierna y lo balanceó hacia la parte central. No importaba en qué se estuviera convirtiendo. Aún era él mismo. Se interpondría entre ella y la oscuridad. La criatura soltó un chasquido con sus fauces más próximas. Lawrence se zafó, rodó y volvió a apuñalarle. Oyó sus gritos antes de sentir el dolor.
La mujer corrió hacia delante y golpeó a la criatura con todas sus fuerzas con el martillo. Su espada encontró el corazón de la bestia y esta cayó.
"No pensé que salvaría a nadie más...".
"Aún no lo has hecho", dijo ella.
"¡Qué bocazas!", se rio. "Te sacaré de aquí, eh...".
"Evka."
"Vamos a sacarte de aquí, Evka".
Caminaban a oscuras, pero conocía el camino. Le dolía, pero alguien lo necesitaba. Sangraba, pero no importaba.
Era extraño que estuviera gris en vez de rojo. Era extraño... que casi pudiera oír... Se le nublaba la vista.
"Pensé que podría salvar...".
"Todavía puedes".
"No...".
"Te diré algo", dijo Evka. "Tú me salvaste a mí y yo salvaré al siguiente por ti".
Sonrió. "Hecho".
Le tomó el brazo, sostuvo su peso y siguieron avanzando. No estaban muy lejos. Ya casi... Pero se acercaba algo. Arañando, gateando...
Necrófagos.
Cuando llega el momento, vas bajo tierra a luchar. Y morir.
Pero habían hecho un trato. Sacarla de allí, y ella salvaría al siguiente. Nadie debería enfrentarse a la oscuridad a solas. La sacaría de ahí. Iba a...
***
Los necrófagos estaban muertos.
"¿Quién eres?", preguntó Evka, aferrándose al martillo.
"Un espíritu", dijo a través de la boca del guarda Lawrence. "Podía oírlo".
Los muertos lo llamaban. Después de todo lo que había hecho...
"Suéltalo", gritó Evka. No lo dejaría así.
"Soy la perseverancia". Levantó la mano de Lawrence y arrancó el blasón del grifo de su pecho. "Solo quería salvar a alguien más...",
dudó Evka. "Si queda algo en su interior, dile que rescataré al siguiente".
El espíritu inclinó la cabeza, en señal de acuerdo o de despedida... Evka no supo distinguirlo. El cuerpo del guarda cayó al suelo.
Evka se arrodilló y agarró el blasón. Cerró los ojos de Lawrence.
"Salvaré a los siguientes".